Era simplemente que no se tenían paz, se saturaron tanto del equilibrio preso, falso, y el espanto de no saber romper con todo lo hermoso que ya fue. Era más cuestión de falta de sinceridad, suerte de oscuridad, un transformador en soledad. Llegó la implosión, el trecho amargo de la desesperanza.
domingo, enero 09, 2005
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2 comentarios:
me vas a perdonar???
y será acaso realmente que una implosión es mucho peor que una explosión...? no lo dudo...
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